Gula
Clarisa se sentía mareada; la voracidad y la avidez actuaban como codiciosos activadores en su sistema nervioso.
Mientras la noche está detrás de la ventana, Clarisa , paso a paso, va cerrando la distancia hasta Pablo. Él, sentado en su escritorio, no la ve venir.
El sigiloso paso de Clarisa, depredador y famélico, engruesa la voracidad a medida que se acerca a Pablo; él continúa leyendo…
El hambre de Clarisa se desparrama por toda su piel y afila sus dientes; sus labios despeñan babas maliciosas mientras la lengua agita raudales de saliva.
-Pablo…
El gira su cabeza y la mira con inocencia:
-¿Amor?
Las pupilas de Pablo se contraen cuando descubren el semblante siniestro de Clarisa, se han dado cuenta antes que Pablo…
Pablo, para vos ya es tarde.
La noche se abre como la boca de Clarisa sobre Pablo.
2010, Yanina Castaño.
Olavarría, Prov. de Buenos Aires, Argentina.
Felicitaciones, querida Yani... muy bien trabajado el achique de distancia entre cazadora y presa... me gustó todo y un marco para las dos últimas frases.
ResponderEliminarAbrazo y a compartir con Songuito (felicitaciones a vos también, cumpita, por presentación de obra).
Muy buena la construcción de Yani - no estoy deconstruyendo -
ResponderEliminarSaludos y un abrazo!
Yani felicitaciones!!! nos abia de tus dotes literarias...me encantò!
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