domingo, diciembre 19, 2010

Poesía maya y el astronauta de Palenque


Juan Carlos García (*)

Tomado de MEDIAISLA

-===

Sea cual fuere su sentido, la poesía maya clásica es muy precisa y revela una desviación de la forma natural de hablar; debido a que las estelas estaban dedicadas y escritas para los dioses, debían ser escritas en un lenguaje que éstos pudiesen entender

Los mayas desarrollaron un sistema de escritura pictográfica, ideográfica y parcialmente fonética. Estas escrituras llevan 400 años de estudios por parte de varios investigadores de todos los continentes. Aprendidos por los indígenas en forma de memorización, fueron transcritos al alfabeto latino pero en lengua maya durante el siglo XVI, con verdaderas joyas poéticas.

La literatura prehispánica puede ser dividida en dos tipos: la que se conserva en los códices y la escrita en las estelas. Los pocos códices que se conservan hablan principalmente de medicina y astrología, aunque se sabe que hubo otros códices que abarcaban otras áreas del conocimiento, casi todos destruidos en la invasión, conquista y colonización española. Sin embargo algunos contenidos de ellos fueron preservados por Fray Diego de Landa en su importante memoria Relación de las cosas de Yucatán, porque creyó que el indígena era un ser humano y que entre los de su clase había verdaderos artistas universales de la palabra escrita.

Las estelas que han sido conservadas y descifradas revelan ciertas estructuras literarias y temáticas que serán mantenidos en la época colonial, con valiosas aproximaciones al género poesía, como la atribuida al Señor Pakal, una figura legendaria, fantástica, y más que eso, extraordinaria, por no decir extraterrestre, por cuanto se sugiere que tal personaje no era maya, sino un ser proveniente de otro mundo. Estos son los hechos:

El astronauta de Palenque, conocido también como el señor Pakal, es una enorme figura labrada en la piedra perteneciente a los mayas. La historia de este ser se remonta a varios miles de años, pero fue descubierta apenas en 1949, con el hallazgo de un templo gigantesco oculto bajo la inexpugnable vegetación de la selva tropical. Hacia abajo, se extiende una escalera de 45 escalones, blasonada por un sello oculto que daba a la tumba del señor Pakal, descubierta por el arqueólogo Alberto Ruz.

Tras una serie de excavaciones se encontró una losa triangular, que tapaba la espectacular cripta que contenía una pesada lápida, tapando el sarcófago del “primer astronauta de la historia”, un título dado recientemente, pero que si está coronado por un nombre que quizás dice o quiere decir lo siguiente: “Tiempo único”.

A Pakal se le puso este mote, el de astronauta, porque la lápida está llena de símbolos evocadores sobre una nave espacial, donde un indígena maya está colocado en una especie de aparato volador con el cabello ingrávido (como estaría un astronauta sin su casco), sentado en una especie de silla con cinturón de seguridad y con los pies apoyados en unos pedales y controles al frente.

La altura promedio de los mayas era de aproximadamente 1,50 metros y el señor Pakal medía 1,70 metros. Eso hace pensar que no era maya. Y entonces, surge lo más desconcertante, una discreta pero muy evocadora sintaxis simbólica alrededor de la tumba, que esgrime este concepto: “La luz es una, una fuente única, el Todo, prestada en prenda por el akalk (universo) para que sea también una para nosotros todos”.

Para algunos expertos, se trata de un claro mensaje cósmico, para otros es un ambiguo fragmento de poesía y nada más. Sea cual fuere su sentido, la poesía maya clásica es muy precisa y revela una desviación de la forma natural de hablar; debido a que las estelas estaban dedicadas y escritas para los dioses, debían ser escritas en un lenguaje que éstos pudiesen entender; éstas siguen este orden sintáctico: verbo, sujeto y objeto.

Los mayas enterrados en templos eran normalmente celebridades. ¿Qué hizo pensar a los mayas que el señor Pakal era una celebridad? Supuestamente tenía el poder del lenguaje escrito. Las elucubraciones al respecto son sorprendentes, quizás jaladas de los cabellos, pero muy evocadoras, indicando que Pakal era un extraterrestre que aterrizó en territorio maya y compartió con ellos sus conocimientos, hasta el punto de ser considerado deidad. Por lo pronto era poeta de factura humana, con estas estrofas halladas más tarde, y poderosamente enigmáticas: “A las postrimerías, sobrevendrán plenitudes de olas de sabiduría, libertad y luces, muchas luces, más luces que antes nunca, indescifrables hasta ahora”.

En 1969 la NASA encontró 16 puntos coincidentes entre el dibujo de la lápida y el módulo de mando de una cápsula espacial. No cabía duda de que la imagen esculpida es la representación de un astronauta dentro de un módulo espacial fuera de la atracción de la atmósfera terrestre.

En la nariz de Pakal se ve un respirador. En el aparato, botones delante y detrás las llamas. Este nebuloso personaje es de los clasificados como Ooparts, (Out Of Place Artefacts), objetos arqueológicos que no concuerdan con la época en que están datados. ¿Usted qué opina? Entretanto, los dejo con la inquietud en el aire y un fragmento más de Pakal, en la espera de que ser descifrado en el futuro: “En la concordia del conocimiento os precipitaréis a nuevos cielos, y os deleitareis de nuevos alimentos que no nacen de la tierra fértil”.

-===

(*) Juan Carlos García, periodista y escritor mexicano, reside en RD.~

5 comentarios:

  1. Anónimo3:50 p. m.

    Primera vez que paso por aquí y la verdad que me agradó mucho la visita.

    Excelente reportaje. ¡Mil gracias!

    ResponderEliminar
  2. Saludos Josema, había oído de ti a través de Lili Mendoza.
    Gracias por la visita, lectura y comentario.

    ResponderEliminar
  3. Muy interesante historia para acrecentar la conciencia en la noche del viernes, con lluviecita y amor minucioso el tiempo y el espacio se rompen, somos seres planetarios viajando en el espacio, y pronto conoceremos otras atmósferas...Gracias por tan preciada información!

    ResponderEliminar
  4. Gracias por tan preciada información, una hermosa gistoria para acrecentar la conciencia en la nochesita lluviosa del viernes, con minusiosidad y amor, el tiempo y el espacio estallan hasta ser la nada misma, somos seres planetarios viajando a confines desconocidos, por los senderos, atravesando el viento y a través del tiempo...Visita mi blog!

    ResponderEliminar
  5. Saludos tierrillero, gracias por tu visita y entusiasta comentario.

    ResponderEliminar