Mediados de septiembre, el cumpleaños de mi padre muerto
otra vez en la marea baja observo a las gaviotas volar tierra adentro.
Gaviotas blancas que portan un conocimiento más viejo que ellas
a esta altura tienes ochenta y ocho y ya nada necesitas, viejo amigo,
doce años en el cielo blanco fuera del viento.
Una vez más al final del verano el primer mapa de la costa
se asoma desde el acantilado
una sombra que oscurece de forma imperceptible
a lo largo de ella los nombres se disuelven
nubes blancas vuelan raudas sobre la marisma
Las gaviotas se han ido con los años,
yo conozco el viento.
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Traducción de Edilberto González Trejos
Edición de Mónica Miguel Franco
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