TOBÍAS
Nada me hubiese producido más satisfacción que el poeta
Tobías Díaz Blaitry y yo hubiésemos sido más amigos, que nos hubiésemos
encontrado muchas más veces, que haber viajado juntos, como sí pude hacerlo con
otros poetas maestros.
Comento estos sentimientos inconclusos, porque sé que las coincidencias vitales me hubiesen enriquecido y es bueno, decir que Tobías Díaz Blaitry aspiró y logró pensar y sentir, con lealtad a su ser curioso y a veces rumiante de ideas y reflexiones filosóficas.
Entre nosotros mediaron 32 años. Pero el puente de la poesía acorta las distancias. Más años mediaron entre Sinán y yo y la amistad fue grande, como lo fue su generosidad que aún me conmueve.
Aún así, repaso los encuentros que tuve con Tobías y aún le veo con esa luminosidad que le caracterizó y su inmensa capacidad de reflexión, vivaz, rápida, diría que era nerviosa, pero bajo control. Su facilidad de armar la idea en forma coherente, acabada, era su arte. Su naturaleza filosófica era natural, propia, no imitativa, ni grandilocuente.
Logró armonizar un pensamiento universal e histórico equilibrados. Se movía entre el paso de las civilizaciones y hacernos sentir el tiempo tejido entre lo que pasó y el presente; en la fabulosa Grecia, Francia y los Estados Unidos. Eso se dice fácil, pero no es fácil.
Hablaba sin avasallar; más bien era un compartir, sin protocolos. Aún me pregunto si él era consciente de que en esos encuentros sin rebuscamientos nos entregaba demasiado. No creo habérselo agradecido nunca, se iba tan rápido como llegaba..
Sus estudios formales de Filosofía, fueron la piedra filosofal decisiva para su poesía. El rigor de la lógica se trasladó al rigor de la escritura.
La historia o no fue transportada explícitamente a su poesía. Esa ha sido mi intención deliberada: colocar en la nave de la poesía los hechos, lo que hemos vivido y padecido en nuestro país. La historia donde nacimos y morimos.
Tobías era profundamente panameño. Pero con rigor trazó la divisoria entre intereses poéticos y pensamiento. Hablaba en términos históricos, la usaba para ilustrar sus razonamientos, hacía Filosofía de la historia, pero no hizo poesía histórica.
No fui su alumno. Pero sé que su docencia -en el Instituto Nacional- en la década de los cincuenta y en la Universidad de Panamá, fueron escenarios, aulas, de la otra realización intelectual y humana que da la educación.
Elsie Alvarado de Ricord ve en
Tobías la huella de Juan Ramón Jiménez.
En él
está España como referencia del magma creador de nuestro idioma. Y están los
grandes poetas ingleses.
Le caracterizará el autodominio, el pensamiento reflexivo. Y la intensidad de su poesía cementada en su expresión estética, donde prefiere ahorrar que malbaratar.
Se situó entre la aflicción y el entusiasmo y estructuró una poesía con mástil. Ninguna tormenta sacudió su serenidad.
Escritor de endecasílabos y alejandrinos. Pero su potencia expresiva está en el verso libre. Poesía filosófica. Entre la vida y la muerte. Como lo hacen los intelectuales sin arrogancia, que ganan en sabiduría. Eminentemente lírico. Casi sin épicas desbordantes. Sus libros son unidades temáticas monolíticas. Su poética se instaló con los años en los predios de la inteligencia.
Y su supremo esfuerzo fue el del acallador, el de los diques. Su poesía tenía calidez pero no quemaba, tenía la ternura, el abrazo, pero no se daba el lujo de la pasión al descubierto.
Al arribar a su medio siglo, Tobías Díaz retomó el camino que le caracterizará como el poeta que conocemos: un poeta de hondas reflexiones sobre la vida, el tiempo y con el despliegue de simbolismos en extremos transparentados con la estabilidad de las formas y una poesía sin sobresaltos. Como bien observa Rodolfo de Gracia, en las grandes secciones de sus libros vuelan mariposas y se tejen telarañas, como en Las exclamaciones de Orfeo y ya en el año 1989.
El silencio de la poesía es un misterio. Uno detiene la canción y hay la incertidumbre de que no regresará esa música y que las letras partieron. Como si algo nos hubiese abandonado. Es quizás un vértigo que aterra al escritor. Uno lo padece callado, no lo comenta, pero también sé que la mirada poética sobre la vida no parpadea.
¿Por qué la soledad silente busca refugio de vuelta en esta otra soledad que es la alquimia de la escritura?
Yo estoy seguro que Tobías fue por esos años que nada publicó, un poeta sin plasmación escritural, pero su mirada se hizo más aguda. Fue un tiempo de construir la personalidad cabal que todos le conocimos. Fue hasta responsable consigo mismo, no apresurar lo que está detenido y que luego andará.
Volverá a pasar un tiempo de casi siete años entre Imágenes del tiempo y Sombras en las noches de bahía serena. Otro silencio, de modo que ello sólo hace confirmar lo que presiento de su poesía: realizar la creación y no emborronar cuartillas.
En 1919 nacen Stella Sierra y Mario Augusto Rodríguez, son luces
de su generación. Tendrán solo 10 años
cuando la vanguardia irrumpe con Onda y Sinán.
Eduardo Ritter Aislán había nacido tres años antes que ellos, en 1916 y
Tristán Solarte en 1924, cinco años después.
En este tramo del cordón de plata irrompible de nuestra literatura está situado Tobías Díaz Blaitry. Arranca con su nacimiento, el año en que se firma el Tratado de Versalles en junio de 1919, y que da fin a la primera gran guerra mundial.
Pasa por la Luna en la mano, que publica en 1944, a los 25 años, cuando el nazismo entra al principio del fin de su loca osadía y acabará la segunda gran guerra mundial.
Tobías escribe en esos terribles días:
"Como perro que ladra en la noche desierta,
como perro que ladra y se hace solamente
una gran soledad y un gran espanto..."
Y terminará con su partida, en el 2005, de este siglo, ya terminada
la ocupación colonial de Panamá en 1999.
Ejerce el oficio extremo de la palabra que es la traducción y muy especialmente de poetas de la literatura norteamericana e inglesa, y de su propia obra.
José de Jesús Martínez acuñaba la expresión: “que los soldados escriban poemas y los poetas aprendan a disparar”. No sé si Chuchú se dio cuenta de la coincidencia que retrataba a Tobías. No sé si nosotros mismos al leerle lo vemos como un poeta multifacético y un ser humano animado por el nacimiento de las orquídeas, la atrapada belleza de los bonsais japoneses y que disparaba con certeza olímpica balas y versos.
En todo caso, fue un hombre con identidad propia, o mejor: idéntico así mismo, que tuvo la admirable virtud de la búsqueda inefable de la verdad en el corazón de las cosas.
Entonces, un historiador, mi profesor universitario Roberto De la Guardia, me dijo que había que conocer a los poetas. Y así fue, en el Boulevard Balboa le vi con temor y reverencia. Estudiaba Filosofía e Historia lo mismo que él había estudiado, quería escribir poesía, lo mismo que él. Y para mi enorme sorpresa, aquella tarde, casi noche, fue amable, generosa, donde escuché y casi no hablé y donde su amor por la palabra quedó evidenciado en directo.
Tengo que agradecerle a mi profesor de historia haberme dado ese regalo, que determinó también decisiones personales de abrir las puertas de los parnasos, acatar las órdenes poéticas, enarbolar el verso y saber de la responsabilidad que entraña el oficio.
Tobías Díaz Blaitry -con su aire
de libertad, pensamiento y razón- tiene la jerarquía de ser uno de los grandes Capitanes
Generales de la literatura panameña.
Manuel Orestes Nieto. 2023
...
TOBIAS DIAZ BLAITRY
[23 DE MARZO 1919- 2 DE OCTUBRE
DE 2005]
Perito Mercantil. Maestro de Enseñanza Primaria. Profesor de Enseñanza Secundaria, Filosofía e Historia por U. de Panamá. Master of Art de la U. de Chicago. Doctor en Filosofía y Letras U. Central de Madrid. Profesor de Filosofía y Lógica en la U. de Panamá. De Estudios Sociales y Filosofía en el Instituto Nacional. Sección de Artes, Letras y Ciencias del Panamá América.
Poética: La Luna en la mano
/ Poemas del camino / Pájaros de papel / Sueños ante un
espejo / Imágenes del tiempo / En punto
Sur las brumas / Voces en la noche / Catálogo de sombras / Memorial de arena /
La ventana alucinada / Las exclamaciones de Orfeo. Poesía en lengua inglesa
-traducido por él mismo- -1998-
Historia: Génesis, vida y disolución de la gran Colombia
Filosofía: La idea de Dios en
Charles Hartshorne / Introducción a la lógica simbólica / Estudios sobre lógica
tradicional y moderna
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