
Primer acercamiento a Tlön, Uqbar, Orbis Tertius
Por Eu A. López Sánchez, la de ayer, la de hoy.
Todo lector o lectora de la narrativa borgeana recordará el inicio emblemático del cuento: “Debo a la conjunción de un espejo y de una enciclopedia el descubrimiento de Uqbar”, la apertura define el estilo alegórico y aforístico del cuento, el cual se nos presenta o se divide en tres partes, siendo más intensas las dos últimas. En el trayecto de la narración veremos “cómo un disparate metafísico se convierte en obra de arte”, advierte Emil Volek (1984: 98).
También el lector advertirá el mundo o realidad borgeana reducida a un libro, en este caso una enciclopedia (asumido símbolo de respeto, autoridad del conocimiento, descripción ordenada de nuestro mundo) y el espejo (y sus múltiples reflejos), generador a su vez de ése laberinto personal y del “tiempo”, asuntos recurrentes en su obra, como bien lo recuerda Harold Bloom (2002: 60).
“El hecho”, es decir el crimen se produjo hará unos cinco años. Conviene señalar que la base estructural de éste cuento se enraíza en el relato policial. Es un cuento que proviene estructuralmente del relato policial con claras alteraciones y matices borgianos. Dicho conocimiento de la “tradición europea” respecto a este tipo de relato, se encuentra presente en Tlön, Uqbar, Orbis Tertius.
Emir Rodriguez Monegal anota que: “Tlön es también y sobre todo, un cuento policial. Aquí los detectives son aficionados; la búsqueda es bibliográfica; el crimen es la falsificación de uno o varios textos (…) el deliberado uso de procedimientos narrativos tomados del cuento policial”, están presentes en éste cuento. (1985: 448). Dicha relación también puede leerse trasntextualmente, pues la arquitectura narrativa de Tlön se desprende de esa gran cadena textual concerniente al relato policial, únicamente con el rasgo distintivo de estar construido a la inversa.
Por su parte Macarena Areco refuerza lo anterior, con algunas variantes, en su ensayo sobre Tlön, Uqbar, Orbis Tertius 1, en donde intenta demostrar que “el empleo del género (policial), unido a su transgresión, se traduce en un cuestionamiento de la ficción, entendida como reproducción del mundo, y de la realidad vista como ficción”. Nos plantea además que deben reunirse ciertas condiciones para lograr el relato policial, las cuales resumo y cito a continuación:
1. La presencia de un enigma: “los espejos y la cópula son abominables, porque multiplican el número de los hombres”, es la cita que da origen a la pesquisa intelectual, al rastreo bibliográfico de la misma. Mientras avanza la historia este enigma se hace cada vez mayor y va siendo sometido a progresivos desdoblamientos. Esta forma de presentar el enigma corresponde a una exposición en abismo (…)La ampliación vista en esta perspectiva es de carácter espacial - de la cita al artículo, del artículo a la enciclopedia y de la región al país, del país al planeta- ; sin embargo, tiene además una dimensión temporal, debido a la excedencia del enigma respecto al tiempo del relato, al cual antecede (siglo XVII) y sobrevive (…)Así, junto con el cumplimiento de la cláusula del relato policial que es la existencia del enigma, su disposición en abismo, además de su excedencia respecto de la historia que lo enmarca, actúa como una transgresión, pues, en lugar de apuntar a la resolución de éste, se dirige a su reproducción infinita.
2. Los personajes no son individuales: los personajes de Tlön se dividen en dos grupos: los primeros son el círculo de amigos de Borges: Adolfo Bioy Casares, Alfonso Reyes y Xul Solar, etc y cumplen el papel de detective que intenta desentrañar el enigma. Los segundos o el segundo grupo, son los antagonistas, los integrantes de una sociedad secreta que es la responsable de la creación de Tlön. Contra el código (o quizás hiperbolizándolo), los investigadores no son detectives, ni los antagonistas delincuentes, sino escritores y eruditos, que siguen el esquema del trabajo académico, pesquisando bibliografías, escribiendo artículos, traduciendo (…)Tampoco, como en el relato policial clásico, son individualidades las que se enfrentan, sino dos grupos de intelectuales que hacen las veces de investigadores y autores.
3. El delito o crimen: el asesinato de la realidad: dicho delito se revela en las últimas páginas de Tlön y no al inicio de la historia como correspondería a un relato policial clásico. Se describe el crimen como la proliferación de la ficción en el mundo del narrador, o dicho en términos policiales, el asesinato de la realidad por el efecto de la sobreimpresión de Tlön, lo que corresponde a otra hiperbolización del código. El relato policial se intelectualiza, se plantea en Borges como “un género fantástico de la inteligencia”, tal y como asegura Borges que lo quería Poe.
Borges, se sabe fue un gran admirador de Chesterton y Edgar Allan Poe, entre otros adeptos al género policial.
Regresando a nuestro recorrido por Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, estábamos entonces en que “el hecho”, es decir un crimen se produjo hará unos cinco años. Bioy y Borges logran dar con el cuerpo del delito y esa enciclopedia se va transformando en un enigma de considerables proporciones. Desde éste momento el hecho comienza a inquietarnos. No sin antes, el autor nos cuenta que la enciclopedia a la que se refiere (donde descubrió Uqbar) es una copia tardía de la enciclopedia británica.
La noche en que descubrieron “el hecho” o “el crimen”, es decir la falsificación o copia de la enciclopedia británica, el narrador cenaba con su amigo Bioy. Ambos disertan sobre asuntos literarios, el narrador del cuento se proyecta en el narrador de una novela significativamente en primera persona que desfigura los hechos y que se contradice, de manera que unos cuantos lectores serían capaces de descubrir “una realidad atroz o banal”. Durante esta plática entre amigos, ambos sienten que el espejo los acecha y concluyen que los espejos son monstruosos porque multiplican el número de hombres. El narrador se proyecta de nuevo, se refleja de nuevo en su propio espejo narrativo como un heresiarca de Uqbar. Aquí Borges o el narrador se ubica como hereje de esa región imaginaria llamada Uqbar. Hay un juego invertido, un juego alterno entre realidad y fantasía que predominara en todo el cuento. Así mismo se nos revela que el narrador es el autor de esa enciclopedia falsa. En esa quinta alquilada en donde cenaban y conversaban hallaron un ejemplar de dicha enciclopedia, no obstante no encontraron nada en específico o contundente que hablara de Uqbar. Fue a la mañana siguiente que Bioy llamó al narrador para comentarle que había encontrado el artículo sobre Uqbar. Unos días después Bioy le llevó el artículo al narrador. Cotejaron la enciclopedia, que a su vez era una copia falsa de la encontrada en la quinta, que a su vez era una copia tardía en la enciclopedia británica. Es decir que la enciclopedia angloamericana de la quinta era una copia de la enciclopedia británica, y la angloamericana llevada por Bioy era una edición pirata de la angloamericana encontrada en la quinta. La enciclopedia falsa llevada por Bioy contenía cuatro páginas de más, en las cuales estaba el artículo sobre Uqbar.
El artículo se divide en tres partes: ubicación geográfica, historia del lugar y una sección breve de literaturas, idiomas, filosofías. “Releyéndolo descubrimos bajo su rigurosa escritura una fundamental vaguedad”… la nota parecía precisar las fronteras de Uqbar… pero sus nebulosos puntos de referencias pertenecían a esa misma región, es decir, imposibles de ubicar por los dos amigos. En la nota “un solo rasgo memorable: anotaba que la literatura de Uqbar era de carácter fantástico y que sus epopeyas y sus leyendas no se referían jamás a la realidad, sino a las dos regiones imaginarias de Mlejnas y de Tlön”…
Siguiendo la pista bibliográfica encuentran la referencia a 4 volúmenes, que todavía hasta ése momento no se habían encontrado. Salvo una mención del tercer tomo que aparece en la librería de Bernard Quaricht y que es relevante por el siguiente vínculo:
“Silas Haslam: History of the land called Uqbar”, es el título de este tercer volumen. El pie de página nos indica que Haslam ha publicado también “Una historia general de los laberintos”. En este sentido la historia de Uqbar es la historia de los laberintos, humanos, si se quiere.
Y luego está el primer volumen, obra de Johannes Valentinus Andreä, nombre con el que Borges daría después en la obra Writings de De Quincey. También la información es relevante porque Borges descubre que Valentinus era un teólogo alemán que describió la comunidad de la Rosa-Cruz, que supone otros fundaron, imitando lo que éste había prefigurado. Su reflejo es Tlön, como lugar fundado por una suerte de conspiradores idealistas, cuyo máximo exponente en este caso sería Berkeley 2. Así se establecerían las micro-correspondencias del cuento. Ambos autores prosiguen con la búsqueda, pero nada, nadie había estado en Uqbar.
La segunda parte del cuento introduce a Heberte Ashe, que no es más que otro reflejo del narrador, cuya base modélica es Borges. Sintomática es la descripción que se nos ofrece sobre Ashe: “En vida padeció de irrealidad, como tantos ingleses; muerto, no es siquiera el fantasma que ya era entonces”. Inusualmente Borges prosigue con una descripción personal de Ashe: alto, desganado, barba roja, cansada y rectangular, viudo, sin hijos. Luego nos refiere que su padre fue amigo “a la inglesa” de él, de Ashe. El narrador había conocido a Ashe en el hotel de Adrogué. Cuenta de una plática que ambos sostuvieron sobre el sistema duodecimal de numeración, “en el que 12 se escribe 10 (…) y 60 se escribe 10”, otro disparate de acuerdo con Emil Volek, y que el mismo Borges más adelante reconoce como tal: “y nada más se dijo –Dios me perdone – de funciones duodecimales”. La evocación es necesaria para relatarnos la muerte de Ashe pero sobre todo para introducirnos un libro que le enviaron desde Brasil días antes de morir y que Ashe había dejado en el bar, y que lógicamente tiempo después el narrador encontró. El libro se titulaba “A first Encyclopaedia of Tlön. Vol. XI. Hlaer to Jangr”. Esta enciclopedia contaba con 1001 páginas, en clara alusión a las Mil y Una Noches. Obra maestra de origen árabe que relata la historia de una joven llamada Scherezada que para no ser asesinada por el Rey, todas las noches le cuenta una historia y que a su vez engendra otra, una historia dentro de otra, una concatenación de historias, técnica que algunos llaman “matriushka” o muñecas rusas y que nada gratuitamente Borges vincula con la enciclopedia de Tlön. En este punto de la narración Borges recuerda aquella vaga descripción de un falso país, en una “enciclopedia pirática”, aquella noche en que se conjuntaron un espejo y una enciclopedia. Sólo que ahora se trataba de “un vasto fragmento de la historia total de un planeta desconocido” (…) “todo ello articulado, coherente, sin visible propósito doctrinal o tono paródico”. En dicho onceno tomo se habla de alusiones a tomos anteriores y posteriores, de toda una cadena o colección de volúmenes respecto a Tlön. Sin embargo nadie los ha encontrado, aún y desordenando las bibliotecas de las dos Américas y de Europa. Y que en tal caso el escritor mexicano Alfonso Reyes propone, en vista de este vacío, “que entre todos acometamos la obra de reconstruir los muchos y macizos tomos que faltan (…) calcula que una generación de tlönistas puede bastar”. Y aquí el relato nos sitúa ya no en el contenido de Tlön, sino en sus inventores, porque no puede ser uno solo, tienen que ser varios, de igual forma que en las Mil y Una Noches, en donde son varios los autores de los cuentos y no uno sólo. En este sentido Borges propone, me parece, escribir, re-escribir unas Mil y Una Noches entre todos.
Posteriormente, ubicándonos en el futuro, en una sociedad futurista y secreta hace la referencia a Huxley (Brave new world). Dice Volek que “la alusión a esta novela de Huxley, devuleve Tlön a la utopía, esa vez futurista, que ofrece la amena imagen de una sociedad repartida científicamente en castas” (1984: 100). De esta manera el cuento oscila entre realidad y ficción, entre razón y absurdo, alternancia entre realidades e irrealidades, entre dos grupos: los racionalistas utópicos y los racionalistas realistas.
Él narrador prosigue y nos cuenta de aquellos hombres que no abundan: “los capaces de invención y los capaces de subordinar la invención a un riguroso plan sistemático”. Aquellos que de alguna manera son capaces de construir y registrar “una realidad coherente” en una enciclopedia 3. Una realidad que no existe, y que nunca llegara a conocerse a ciencia cierta.
“Ese plan es tan vasto que la contribución de cada escritor es infinitesimal”, tan infinita, tan divisible que es infinita y aquí encontramos la paradoja de Zenón de Elea, mencionada por Volek, y por la cual Borges ha resultado seducido. Zenón de Elea fue discípulo de Parménides, ambos se ubican en el período pre-socrático. Se sabe que ambos otorgaban mayor credibilidad a la razón que a los sentidos. Zenón se considera el creador del “razonamiento paradójico”. Se cuentan 40 razonamientos creados por Zenón. Entre ellos la famosa “paradoja del pie veloz de Aquiles o Aquiles Piesligeros”, éste razonamiento era uno de los preferidos por Borges. Zenón argumenta que Aquiles nunca alanzará a la tortuga, que el más veloz nunca alcanzará al más lento. Significa que es necesario que Aquiles llegue antes a donde se ha movido la tortuga, “antes ha de recorrer la mitad de la distancia, después de la mitad, después de la mitad, y así hasta el infinito”. Borges ve en esta paradoja, “una irrealidad que confirma el carácter alucinatorio del mundo, un tenue y eterno intersticio de sinrazón que nos hace saber que el mundo que hemos soñado “resistente, misterioso, visible, ubicuo en el espacio y firme en el tiempo” es falso”. (1984: 89).
Aparece nuevamente la tensión entre realidad y ficción: “Tlön no es una irresponsable licencia de la imaginación (…) es un cosmos y las íntimas leyes que lo rigen han sido formuladas, siquiera en modo provisional”, así mismo las contradicciones “aparentes” que el narrador encuentra en este onceno tomo, son la prueba de que existen los otros”, contradicciones aparentes de las cuales un narrador en primera persona (que desfigurara los hechos) pudiera servirse para permitir a unos cuantos lectores “la adivinación de una realidad atroz o banal”, según la plática sostenida al inicio del cuento por el narrador y por Bioy. Tlön es la Tierra. O es por momentos, y por antojos de un narrador estratega, la Tierra.
El narrador o autor (uso indistintamente en este texto los dos términos con el único fin de agilizar el recorrido) pide atención por la concepción del universo en Tlön dejándonos antes aturdidos por sus “tigres transparentes y sus torres de sangre”, únicamente, señala Volek, para dar paso a otro juego narrativo, el cual procedo a citar literalmente:
“Básicamente se trata de alternar las maneras de postular la “realidad fantástica”. Borges mismo analizó estas modalidades en el ensayo “La postulación de la realidad”, de Discusión. Allí diferenció tres modos:
El… más fácil… una notificación general de los hechos que importan. … El segundo… imaginar una realidad más compleja… y referir sus derivaciones y efectos… El tercer método, el más difícil y eficiente de todos… la invención circunstancial (D, pp. 71-72).
“Tlön, prosigue Volek, evita al comienzo la modalidad más fácil. La primera parte pertenece al tercer método; la exposición enciclopédica, al segundo”.
Pero volviendo la concepción del Universo en Tlön, continúa, Volek: “Este concepto parte de Berkeley (…) y se presenta como una realización de sus teorías. La filosofía de Berkeley fue uno de los amores tempranos de Borges y uno de los estímulos más importantes de sus primeras inquisiciones metafísicas”. Así lo que parecía insólito, y sigue siéndolo, en la Tierra, en Tlön es la “realidad” más común y corriente y viceversa. (…) pronto se nota que Tlön es la realización metafórica de todas las metafísicas idealistas (…) en esta fase el mundo de Tlön se afirma como una imagen inversa de nuestro mundo real, imagen de un espejo imaginario” (1984: 101).
Borges avanza en su relato explicando el idioma de Tlön: “por ejemplo no hay palabra que corresponde a la palabra luna, pero hay un verbo que sería en español lunecer o lunar”. Los anterior correspondería a los idiomas del hemisferio austral. En los del Boreal “la célula primordial no es el verbo, sino el adjetivo monosilábico. El sustantivo se forma por acumulación de adjetivos. No se dice luna: se dice aéreo-claro-sobre oscuro-redondo o anaranjado-tenue-del cielo o cualquier otra agregación”, salta del idioma a los objetos, ideales, “según las necesidades poéticas”. “Hay poemas famosos compuestos de una sola enorme palabra. Esta palabra integra un objeto poético creado por el autor”, todo es invención 4.
Clave y relacionado a ése racionalismo expresado en las paradojas de Zenón de Elea encontramos más adelante en el cuento que: “el hecho de que nadie crea en la realidad de los sustantivos hace, paradójicamente, que sea interminable su número. Los idiomas del hemisferio boreal de Tlön poseen todos los nombres de las lenguas indoeuropeas”, se considera a las lenguas indoeuropeas como las más antiguas que tenemos, son lenguas que se supone provienen de un tronco común que es el sánscrito, pero no existen las lenguas indoeuropeas como tal, son en todo caso el nombre que con que se denominan y su ubicación geográfica no tiene que ser cercana, se agrupan en relación a la similitud que poseen entre ellas y en relación al tronco madre. Lo que nos hace deducir que Tlön es la Tierra, que se comprueba la alternancia entre realidad y ficción, entre la Tierra y Tlön, que Tlön y la Tierra son una paradoja, y son también ubicaciones extremas en distintos ángulos del mismo círculo.
La Tierra y Tlön no se oponen, sino más bien son complementarios, simbióticos, polos circulares si se quiere. Toda esta parte del cuento es una descripción de las filosofías, lenguajes, geometrías de Tlön. En todas plantea que: sólo existe uno sólo, un solo sujeto y que ese sujeto es “cada uno de los seres del universo”. Harold Bloom nos dice al respecto que “absorto en esas páginas míticas Borges descubre buena parte de la naturaleza (por así llamarla) del cosmos que es Tlön, en donde la ley primordial es el idealismo feroz del obispo Berkeley (…) en ese cosmos no hay causas ni efectos; predominan la psicología y la metafísica de la fantasía absoluta”. (2002: 62-63).
El narrador reúne la considerada paradoja de la existencia en Tlön, en lo que concierne a los libros de filosofía: “un libro que no encierra su contralibro es considerado incompleto”. Y pese a las demostraciones que la naturaleza o la ciencia descubran la realidad “cederá” siempre, utilizando la expresión de Bloom, no en balde se nos dice en este cuento que: “siglos y siglos de idealismo no han dejado de influir en la realidad”.
La siguiente parte del cuento nos refiere a los hrönirs (otra invención borgeana), los cuales pueden ser objetos de segundo, tercer, cuarto grado y así, según Borges, duplicados. Según Emir Rodríguez Monegal, “en este cuento, las palabras son capaces de alterar la realidad y producir extraños, inquietantes objetos que Borges llama hrönirs” (1985: 448). Se asume “lo ya escrito” y “la repetición”, “los esquemas preconcebidos”. El ejemplo de la “metódica” producción de dichos objetos es revelador: un director de una cárcel informa a los presos que al fondo de un río hay sepulcros. Promete libertad a los que encuentren un hallazgo importante. Pero antes de que la excavación se llevara a cabo les mostraron láminas de lo que iban a encontrar, a la postre encuentran diversos objetos, entre ellos una máscara de oro.
Otro detalle del cuento es la posdata fechada en 1947. Es necesario mencionar esto porque el cuento fue publicado en 1940. De manera que ya incluía una posdata futura y así al igual que en Tlön la realidad bibliográfica de esta primera publicación desafía, según Monegal, las leyes cronológicas habituales. “Más sutil, Borges enfrenta al lector de su posdata con la sensación de vértigo simultáneo producida por dos textos y dos tiempos diferentes e idénticos” (1985: 448-449).
En la posdata Borges narra lo que ha sucedido después de la publicación del cuento en 1940. Y cuenta que un año después en un libro de Ashe se descubrió una carta donde se “elucidaba el misterio de Tlön”, y fue al principio del siglo XVII, donde se ubica una sociedad secreta, uno de sus afiliados el obispo Berkeley, cuyo objetivo consistía en inventar un país. Aquí se nos esclarece que el libro de Valentinus Andreä, que aparece en la primera parte del cuento, es de ésa época. Los integrantes de dicha sociedad comprendieron que una “generación de tlönistas” era insuficiente para el propósito de crear, de inventar un país. Se concluyó que cada maestro escogiera un discípulo para continuar dicho proyecto. Nuevamente reaparece la sociedad secreta, esta vez en América, específicamente en Memphis (Tennessee). Sobre lo anterior cabe citar a Harold Bloom: “Se explica Tlön como una benigna conspiración de hermetistas y cabalistas, larga de tres siglos, que en 1824 tomó un giro decisivo cuando el ascético millonario Ezra Buckley propuso convertir un país imaginario en un universo inventado. Borges sitúa la proposición en Memphis, Tennessee, haciendo así de lo que hoy conocemos como Elvislandia un lugar tan misterioso como la Memphis del antiguo Egipto”. (2002: 63). También se aprecia la metamorfosis postulada por Volek, de Tlön, de país a universo.
Este proyecto deberá ser un secreto. Se respetarán los ríos y cordilleras de Tlön pero habrá una condición: “la obra no pactará con Jesucristo”. Borges atribuye esta decisión al nihilismo de Buckley. “Buckley descree de Dios, pero quiere demostrar al Dios no existente que los hombres mortales son capaces de concebir un mundo”. Buckley es envenenado y ya para 1914 la supuesta sociedad secreta ya cuenta con 300 colaboradores, y a éstos es remitido el volumen final de la Primera Enciclopedia de Tlön, cuyo total son 40 volúmenes, los cuales serían la base de una enciclopedia ya no redactada en inglés, sino en alguna lengua de Tlön. “Esa revisión de un mundo ilusorio se llama provisoriamente Orbis Tertius y uno de sus modestos demiurgos fue Herbert Ashe”, es decir el mismo narrador que es Borges y que además fue inesperadamente afiliado a esta sociedad secreta.
Posteriormente en el relato se nos cuenta cómo los objetos de Tlön invaden el mundo real. Así aparece una brújula con aguja azul y con letras correspondiente a uno de los alfabetos de Tlön. El segundo objeto que aparece en el mundo “real” fue un cono “de metal reluciente y del diámetro de un dado”, un objeto de tamaño pequeño cuyo peso considerable desconcertaba, “producía asco y miedo”, “esos conos pequeños y muy pesados (hechos de un metal que no es de este mundo) son imagen de la divinidad, en ciertas religiones de Tlön”.
Lo siguiente en el relato se resume en el “hallazgo” de otro objeto de Tlön, en una biblioteca de Memphis: los 40 volúmenes de la primera enciclopedia de Tlön, y se opta por considerar que éste descubrimiento fue consentido, permitido por los directores del “Orbis Tertius” (de la revisión de un mundo ilusorio). Sobre éste hallazgo de los 40 volúmenes, es interesante señalar que 40 son los razonamientos paradójicos de Zenon de Elea, y 40 son los volúmenes de la Primera Enciclopedia de Tlön, que finalmente se logran exhumar en una biblioteca de Memphis en 1944.
Del onceno tomo de dicha enciclopedia, que predomina en ésta parte de la narración, se nos informa que han sido eliminados o atenuados algunos rasgos, esto con el fin de presentarnos un Tlön que no diste del “mundo real”.
Y así una cantidad de objetos procedentes de Tlön han penetrado en las naciones, “la realidad cede y con el tiempo el mundo será Tlön”, nos dice Bloom (2002: 63).
De esta manera se subvierte la realidad y se transgrede el género fantástico, a como señala Emil Volek: “Borges que ha creado tan sutilmente la existencia metafísica y artística del mundo de Tlön, se sirve del último truco: lo hace estallar convirtiéndolo en una metáfora de éste mundo (…) el orden metafísico utópico se apodera de nuestro mundo, es este mundo” (…) la ficción fantástica se estrella; la imagen inversa, lúdica, se convierte en nuestra realidad cotidiana y universal; y esta “realidad” al revés, se convierte vertiginosamente, en la más absurda de las ficciones”. (1984: 104).
El cuento termina con el narrador indiferente ante la casi “profética” invasión de Tlön en el mundo real, Borges escéptico permanece dedicado a revisar una indecisa traducción quevediana del poema de Sir Thomes Browne, el Urn Burial, traducción que no pretende entregar a la imprenta, “y cuya frase favorita, nos remite Bloom, sigue siendo: “La vida es pura llama, y vivimos de un Sol invisible que está en nosotros”. (2002: 63). Y sin embargo Borges reflejado en Herbert Ashe fue en su momento afiliado a esta sociedad secreta.
Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, a como el mismo Borges escribió en el prólogo de Ficciones no es más que un comentario: “Más razonable, más inepto, más haragán, he preferido la escritura de notas sobre un libro imaginario”, tal es el caso del cuento que hemos analizado. En este sentido y siendo el presente cuento un comentario cabe traer a colación lo escrito por Graciela Reyes: “Dentro de la literatura contemporánea, no hay mejor ejemplo de transfusión textual, en todos los sentidos apuntados, que la obra de Borges (…) los textos de Borges suelen estar construidos sobre un texto anterior, literario o no, del que el cuento es una nueva versión, “un resumen”, un comentario, una supuesta reseña (…) creo que la intención es notoria: mostrar el mecanismo, buscar la confabulación irónica, hacer recordar al lector que lo que va a leer, ha leído o está leyendo es un ya dicho porque todo texto lo es, debe serlo y de eso se trata” (…) La literatura de Borges trata de temas ya tratados (…) La más importante originalidad de Borges, como sugirió hace años John Barth, es haber levantado una obra literaria de valor sobre un cuestionamiento corrosivo de la literatura”. (1984: 47-48).
Según lo expuesto en el presente trabajo acerca de Tlön, Uqbar Orbis Tertius, a los escritores no nos queda más que reescribir.
Cada uno aportaremos con una contribución infinitesimal a Tlön, a ese país-universo que no sabemos con veracidad donde se delimitan sus fronteras. Pero Tlön es también el mundo, “nuestro mundo”, nuestro deseo ordenado, sistematizado. Escribiremos entonces una enciclopedia de nuestros anhelos. Tlön se presenta como realidad de nuestro mundo o mejor dicho como aspecto irreal de nuestra realidad, viceversa. Y ahí la paradoja cerrada y circular de esta historia, la trillada serpiente que se muerde su cola.
El presente cuento fue publicado en “Sur” en mayo de 1940 y de acuerdo con Rodríguez Monegal “presenta a Borges en su forma más compleja y laberíntica. El cuento fue escrito en plena segunda guerra mundial, mientras Hitler y Stalin se expandían por Europa, de ahí que en Tlön se denuncie también toda ideología totalitaria”, o mejor dicho de todo intento tlönizante de conocimiento.
Conclusiones
· Borges desacraliza la figura del escritor reduciéndolo a tergiversador, plagiador, investigador o traductor, entre otras.
· En Borges la realidad se reduce, en mucho de los casos, a un libro. Y en la mayoría de los casos a un libro imaginario. En Borges el hipotexto es creado por él mismo. Su práctica es la hipertextualidad ficticia. Borges presenta su lectura disfrazada de escritura y en el acto ésa lectura autor y lector se confunden. Borges descubre, Borges inventa una enciclopedia, más no su certeza. Y sitúa la lectura por encima de la escritura.
· En Borges la tensión entre realidad y fantasía son una constante, una imagen en un espejo y sus consecuencias. Un juego laberíntico de espejos. Tlön es la Tierra. Tlön es un laberinto. La Tierra es también un laberinto.
• En sus procedimientos narrativos Borges utiliza recursos cervantinos, tal es como el famoso caso del hallazgo del manuscrito de Alcalá, en el Quijote. Este hallazgo es la base del intertexto como procedimiento narrativo.
· Los paratextos son esenciales en la obra borgeana, pues a como nos indica Emil Volek “las coordenadas particulares del universo borgeano permiten que hasta los prólogos y epílogos sean partes legítimas de las obras mismas”. (1984: 96).
· Borges en Tlön, Uqbar Orbis Tertius utiliza el relato policial de forma invertida. (1984: 97).
· Borges en Tlön, Uqbar Orbis Tertius, “fulmina la realidad, al fusionar realidad y sueño o deseo (…) las leyes artísticas imponen su rienda al universo metafísico”. (1984: 98). La enciclopedia de Tlön no reúne más que los múltiples deseos o el deseo de los hombres. A eso llamo yo ocio de primera línea :)
Bibliografía
-Volek, Emil. 1984. “Cuatro Claves Para La Modernidad”. Madrid, España: Editorial Gredos. 88-126.
-Reyes, Graciela. 1984. “La polifonía textual”. Madrid, España: Editorial Gredos. 43-76.
-Bloom, Harold. 2002. “Cómo Leer y Por qué”. Barcelona, España. Anagrama. 59-63.
-Rodríguez Monegal, Emir. 1985. “Jorge Luis Borges. Ficcionario. Una antología de sus textos”. México: Fondo de Cultura Económica. 7-9, 413-424, 448-449.
-Eco, Umberto. 2002. “Sobre Literatura”. Barcelona, España. RqueR Editorial. 129-145.
-Borges, Jorge Luis. 1999. “Ficciones”. Madrid, España. Alianza Editorial. 11-40.
Pie de páginas
1: El ensayo se titula “Uso y abuso del relato policial en Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”, y su autora es la Doctora en Literatura de la Universidad Católica de Chile, Macarena Areco. El citado ensayo se encuentra publicado en la página web de la Universidad Católica de Chile: http://www.humanidades.uach.cl/documentos_linguisticos/document.php?id=76
2: George Berkeley (1685-1753). Obispo Irlandés. Elaboró una doctrina llamada “el inmaterialismo”, la cual afirma que la materia no existe y que es una idea de la mente. “Los objetos materiales sólo existen en la mente de quien los percibe y sólo en el momento que son percibidos. Los razonamientos de Berkeley pretendían demostrar la existencia de Dios.
3: Para profundizar más en el relato conviene al lector tomar en cuenta lo dicho por Alberto Moreiras en “Tercer espacio, Literatura y Duelo en América Latina”: “Si por un lado Tlön, Uqbar, Orbis Tertius puede ser interpretado como enfática denuncia de toda utopía racional, y así como asentimiento reactivo a lo que hay contra tendencias activas de construcción de mundo, por otro puede también entenderse como esfuerzo casi desmesurado y extremo por plantear una conceptualización resistente a toda metafísica productivista. De esta segunda perspectiva, el texto de Borges se abre a una experiencia básica del mundo como objeto perdido, cuya conmemoración aparece entonces como traza de positividad y resistencia y como instancia crítica de acceso a un conocimiento de la existencia siempre singular y localizable, aunque en virtud de su singularidad, también singularmente irrepresentable”. Compilación de textos y ensayos, 2010, UNAN-Managua.
4: De esta manera el arte prima, el arte y sus “leyes” vencen a la razón, a la filosofía y a la "realidad".
**La foto es de wordpress.com
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