
"¡AAATCHIIISSS!!. Uuupaaa, amor... justo que me habías puesto esa carita de beso dulcinea,
¿me perdonás? Tomá el pañuelo de la abuelita Cata y guarda la bocha que lo usa para secar los ajos, eh .".
(Percance anti- romance entre ex- pareja de enamorados no identificados:
Ella nunca pudo perdonarlo y él sigue buscando un amor, pero hasta que no
se saque esos dos broches de colgar ropa, uno en la nariz, el otro en su boca...).
A Ver...
Algunas tribus africanas como Los Mozambiques, Los Nigros y Los Kunta Kinte, consideran al estornudo como un desbordamiento de sus vidas espirituales y por lo tanto estornudar es un acto sagrado. Para estas minorías indígenas un estado gripal es una bendición de Dios y siempre adoptan los recaudos necesarios para que sus defensas orgánicas mantengan un "buen nivel bajo". Se alimentan con deficiencia, duermen destapados a la intemperie, se bañan con agua fría y luego se secan con una esponja del tamaño de una caja de fósforos de 24 unidades (con agua fría se bañan cada 28 días, con agua caliente cuando funciona el termo y con agua tibia cada vez que llueve). Logran sobrevivir comiendo raíces alimenticias e ingiriendo un sorbo de agua por quincena al mejor estilo de los gorriones de Sarmiento. Acostumbran a correr en las gélidas noches desérticas con toda su oscura humanidad al descubierto desafiando vientos de hasta 185 kilómetros por hora. Y lo hacen mientras muerden con rabia jugosas naranjas que se exportan desde Venezuela ya que lo único jugoso en el desierto africano son las nativas de la región. Por otra parte, una particularidad climática de la zona es la abrupta variación de la temperatura, circunstancia que estos indígenas utilizan en beneficio de sus propósitos religiosos. Una temperatura al atardecer de 55 grados centígrados desciende vertiginosamente a los 22 grados bajo cero en cuestión de segundo y medio. Esta violenta variación de la temperatura les produce un estado gripal de naturaleza eterna asegurando por lo menos una docena de estornudos diarios y medio centenar de snifes.
Además, los catervas no muestran ningún interés en modificar este extraño comportamiento y a tal efecto han declarado a los visitadores médicos de La Cruz Roja Internacional como "Enemigo público número uno", e incluso la misma suerte han corrido las aspirinas que reciben en cantidades industriales por parte de esta misma noble institución mundial. Los aborígenes se niegan a tomarlas y a cambio las utilizan para jugar a uno de sus juegos predilectos: Damas Arenosas.
(Detalle anecdótico: Fermín Helsinki, famoso antropólogo finlandés, presencio en una de sus visitas a Los Nigros en el año 1809 una de estas partidas de damas arenosas y a su regreso comentó que las mismas siempre finalizan en violentas disputas verbales porque las aspirinas son todas blancas. Los jugadores hacen su movida y luego discuten con frenética violencia defendiendo la propiedad de la ficha según esta sea la que come o la que es comida).
Algo más interesante de estas tribus: cuando celebran sus misas los días lunes de cada semana, al finalizar los cantos sagrados, todos los feligreses estornudan al unísono derribando al párroco por el impacto directo al mentón de millones de gérmenes. Al respecto, Teófilo Chipindale, especialista uruguayo de religiones africanas y afines del rulo ruliento, cree que estas tribus hacen sus misas religiosas los días lunes con un doble propósito: alargar el fin de semana de descanso y comenzar la semana laboral el día martes. Una semana laboral entre comillas ya que el trabajo de estas aldehuelas se limita a dos únicas actividades: alejarse a desgano de la aldea en busca de raíces alimenticias y regresar muy contentos a la aldea con las raíces alimenticias sobre sus espaldas contando chistes verdes.
1997, by Juanca Vecchi.
Olavarría, Prov. de Buenos Aires, Argentina.
Gracias, fratello Songuito, por presentar este extracto de mi pasado escrito... todo un tema el estornudo, eh :)
ResponderEliminarAbrazo fuerte...
Las aventuras increíbles !!!
ResponderEliminarAbrazo
Juan, mi vida espeiritual está desbordada en estos primeros días de otoño...Me la paso estornudando!
ResponderEliminarMuy divertido. Gracias!!!
jaja y gracias por comentar ese extracto, Caro. ¿Vida espiritual o un resfrío de acá hasta el mes que viene? jaja...
ResponderEliminarAbrazo largo y cuidate mucho, en serio, eh :)
Super genial! siempre ocurrente y muy ilustrativo!!!me encantó!!!
ResponderEliminarViviana
Caro, Viviana,
ResponderEliminarMuchas gracias por su lectura y comentarios.
Abrazo
Querida Viviana... gracias por comentar el extracto que estornuda y alegrome que te haya gustado.
ResponderEliminarAbrazo y cuidate mucho.
"A difedrencia de Nathional Geographic, estas investigaciones, lamentablemente, están huéfanas de apoyo económico, y eso que nos permiten conocer tanto acerca de tan ricas culturas. Gracias Juanca, cómo sabés!"
ResponderEliminarJUAN ENNIS.
¡Gracias, cumpa tocayo! Me compensa tu reconocer todos aquellos años de estudios y sudor, en los desiertos del rulero cuasi- eterno, para escribir ese ensayo resfriado sobre el estornudo... gracias.
ResponderEliminarAl menos, vos percibiste que sudé la gota gorda, che jeje.
Abrazo fuerte.
Agudo genio de "Juanes"
ResponderEliminar:)
Songuito: es que así de agudos somos los juanes del mundo jaja...
ResponderEliminarAbrazo y buen finde, cuidate mucho.
Se prolongan las risas y los vicios mundanos... juego de damas con aspirinas donde todos pierden... feriados que se e s t i r a n... y el estornudo como principal sigo de identificaciòn comunitaria... Metàforas actuales presentes en los Kunta...?
ResponderEliminarExtraordinario Juanca... Songo ilustraciòn: màscara africana para deleitarnos y compartir. Se agradece!
Mauricio D`Amico.
Gracias, cumpa Mauri por tu buena lectura y comentario generoso como oso que sos :)
ResponderEliminarNunca pierde su vigencia maligna el artero estornudo (jaja); es más, pero más o menos, dicho "atchis", fue anterior al momento en que Adán y Eva inventaran el asunto de la verguenza humana.
Un abrazo y gracias.
Y sipi que el Songuito se pasó con esa máscara africana. Gracias, fratello.