lunes, junio 14, 2010

Poesía de T.S. Eliot (1888-1965)


MAÑANA EN LA VENTANA

Hay un tintinear de platos del desayuno en las cocinas del subsuelo,
y por las aceras pisoteadas
descubro las almas húmedas de las sirvientas
brotando melancólicamente desde las entradas del servicio.

Pardas oleadas de niebla lanzan hacia mí
desde el fondo de la calle rostros contorsionados,
y arrancan de una viandante con la falda enlodada
una vacua sonrisa que revolotea por el aire
y se desvanece a la altura de los techos.
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EL BOSTON EVENING TRANSCRIPT

Los lectores del Boston Evening Transcript
ondulan con el viento como un campo de maíz en sazón.

Cuando la tarde se anima tenuemente en la calle,
despertando en unos anhelos de vivir
y trayéndoles a otros el Boston Evening Transcript,
subo los peldaños y toco el timbre, volviéndome
desganadamente, como uno se volvería para despedir con un gesto a La Rochefoucauld
si la calle fuera el tiempo y él estuviera en el extremo de la calle.
Y digo: "Prima Harriet, aquí tienes el Boston Evening Transcript".
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HISTERIA

Mientras ella reía comprendí que iba siendo envuelto y formando parte de su risa, hasta que sus dientes fueron sólo estrellas accidentales con cierto don para el orden cerrado. Fui absorbido por breves jadeos, inhalado en cada momentánea pausa, perdido al fin en las oscuras cavernas de su garganta, magullado por las contracciones de músculos invisibles. Un camarero viejo de manos temblorosas tendía apresuradamente un mantel a cuadros encarnados y blancos sobre la herrumbada mesa verde de hierro, diciendo: "Si la dama y el caballero desean tomar el té en el jardín, si la dama y el caballero desean tomar el té en el jardín..." Decidí que si hubiera podido detenerse la agitación de sus senos, habrían podido recogerse algunos fragmentos de la tarde, y concentré mi atención para tal fin con cuidadosa sutileza.
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OJOS QUE AL FIN VI ENTRE LÁGRIMAS

Ojos que al fin vi entre lágrimas
a través de la separación
aquí en el reino de sueño de la muerte
la dorada visión reaparece
veo los ojos pero no las lágrimas
tal es mi aflicción

tal es mi aflicción
ojos que no volveré a ver
ojos de decisión
ojos que no volveré a ver salvo
a las puertas del otro reino de la muerte
donde, como en este,
los ojos perduran un instante
un instante perduran las lágrimas
y nos contemplan con burlan.
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EL VIENTO SE LEVANTÓ A LAS CUATRO

El viento se levantó a las cuatro
el viento se levantó a las cuatro e irrumpió en las campanas
que se mecían entre la vida y la muerte
aquí, en el reino de sueño de la muerte
el eco que despierta de una confusa lucha
¿es un sueño o alguna otra cosa
cuando la superficie del río ennegrecido
es un rostro que suda con lágrimas?
Vi a través del río ennegrecido
la hoguera del campamento agitarse con lanzas extranjeras.
Aquí, a través del otro río de la muerte
los jinetes tártaros agitan sus lanzas.

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Las versiones originales en THE MELTING POT


Traducciones de Enrique Pezzoni, tomadas del libro Retrato de una Dama y otros poemas, de Ediciones Corregidor, versión y notas de Alberto Girri y Enrique Pezzoni.

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