Miss Carrusel - Mirna Estrella Pérez

Adentrarse en las páginas de Miss Carrusel, es montarse en el tiovivo de la vida mujeril que interpreta la voz lírica de Mirna Estrella: repleta de infortunios, desamores y violentos desengaños. Es retar al vértigo del galope de los caballitos, que nunca detendrán su paso alrededor de la cintura de la niña-marioneta que construyó tijeras para liberarse de sus hilos. La maquinista de este carrusel espera para llevarte a un viaje del que no podrás bajar.

-Sótano Editores

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I.
MISS CARRUSEL

[2]

Irán cayendo uno tras otro.
El padre siempre fue modelo
del hombre dañado.
No te toca ser, ya, híbrida
entre Blanca Varela y la actriz porno
con la que alucine algún cabrón.
Blanca está muerta;
tú jamás dramatizaste orgasmo alguno.
Puedes quedarte ahí
donde estás desde las once y veinte.
Puedes volverte parte del marco de la ventana
un adornito extra para aumentar
el valor adquisitivo de la propiedad.
Puedes quedarte ahí
sintiendo absolutamente cero.
Cuánto llevas advirtiendo que esto pasaría.
Yo digo que me gusta tu autismo
que no te enteres de nada.
Me gustas ajena al murmullo
a las frases huecas que repiten
de continente en continente los enamorados.
Me gusta que te hayas ido a vivir al mundo de Topo Gigio.

Suerte, muchacha, con lo que te espera más allá del cristal.

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[22]

Ya nada te sorprende.
El país arde
el que se te mueve por dentro.
Los hombres aquí saben nada de serenatas
no les queda ni pizca de romanticismo.
Han quedado las flores
pudriéndose en los jardines.
Alguien olvidó recogerlas para ti.
Escalar balcones aún les interesa a unos cuantos.
Violar a universitarias
se ha puesto de moda.
Estar en casa tampoco es garantía de seguridad.
Podrías quedarte dormida en la butaca
mientras fumas.
Lo que los expertos catalogarían de accidente
es un burdo suicidio.
Afuera, las cosas no apuntan ser mejores.
El crimen no ha perdido su encanto.
La vida es el antiguo "gusano" de las fiestas patronales.
Eres pasajera y me mareo.

Leerte a ti misma se ha vuelto la única distracción.
Tú, ningún hombre
ha puesto nuestra tristeza en pausa.

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II.
CON EL LABIAL DE LA ABUELA MUERTA

...
Como nosotros, la abuela también murió en diciembre.
Los tíos doblaron su ropa
se mordieron al pie de las gavetas
lagrimaron.
Alguno aún la escucha fregando platos
la ve moverse desde el marco que encierra la foto familiar.
A mí, en la repartición de bienes, me tocó el labial rosa.
Me pinté para ti la boca tantas veces.
Qué habrás hecho con mis retratos
podía espiarte desde allí mientras tomabas café
ahora es como si me hubiesen apagado la luz.
Ya que no estoy, a dónde habrán ido a parar mi bata
la crema de baño, la rasuradora
aquel esmalte que nunca estuvo claro si pertenecía a mí.
¿Serán del mismo tamaño las cajas de los recuerdos
que usan los hijos y los amores?
Me veo pasando un día por Río Piedras
ordenando la segunda botella en el Chateau Rouge
calmando la borrachera
en el restaurante mexicano que hace esquina.
Me veo dándole dinero a una deambulante vestida
con lo que dejé en tu armario...
y sonrío.

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Tomado del libro MISS CARRUSEL (Sótano Editores, 2010), de Mirna Estrella Pérez.

Imagen tomada del blog de KAREN SEVILLA
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Mirna Estrella Pérez, nació y vive en Puerto Rico desde el 1978. Tiene editado el poemario Ecos de Eva, 2005, en Ediciones Atenas, Barcelona, España. Fue mención de honor del VII Certamen de Poesía: “Pilar Paz Pasamar”, de Jerez de la Frontera, España, con su obra “Antífona” y obtuvo el Accésit en el I Certamen Concursalia de Poesía, ciudad de Barcelona 2007, con el libro: Manifiesto sobre las tristes.
Su poema "Diabolics" fue incluido en la antología poética "La Mujer Rota" (Literalia Editores, México, 2008).

Su blog: Todo sobre las tristes.