
Si tuviera que contarte mi historia por donde empezaría? Donde termina una y comienza la otra? Donde se cruzan tres de cuatro? dos de tres?
Si tuviera que contarte mi historia, tendría que inventar un comienzo, tendría que vestir de fantasía a los recuerdos… y no es esto lo que hacemos siempre al contar una historia? No tomamos prestados retazos al los sueños para forrar a los recuerdos? para no sentirlos tan transparentes, tan livianos?
Salí de un capullo tibio y me encontré con el viento. Me caló hasta los huesos y cuando quise regresar, ya no me acordaba de donde venía. La noche se cerró y dormí sola, envuelta en mi miedo por un siglo. Un rayo de luz cortó la sombra y me golpeó los ojos. Me dolió mucho abrirlos, pero ni el dolor pudo evitar que los abriera con urgencia, grandes, con hambre. Al quererlos cerrar, ya no me acordaba como.
Olí la tierra y bebí su agua. La recuerdo fresca y fría en mi garganta, helada en mi rostro. Abrí los ojos bajo el rió y lo vi todo de nuevo, esta vez claramente, sin dolor.
Antes de poder pensar, respiré el agua; y mientras llenaba mis pulmones, mis venas, mi cuerpo… sentí que parte de mi se moría. Sentí que me salía por mis propios poros, mientras el pez entraba en mi seno.
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(c) Sandra Ramírez McKay - Panamá, 2010
Publicado originalmente en: La Letra Menuda
Esta es una magnífica prosa... mágica...
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