domingo, septiembre 22, 2024

Tres poemas de Frank Stanford (1948-1978)

 


LA DESPEDIDA

Una palabra
Que de seguro es
Como una espada
Que ha gastado
La funda

Traducción de Hernán Bravo Varela

.::

LA LUZ QUE VEN LOS MUERTOS

Son muchos los que vuelven
Después de que alisó el doctor la sábana
En torno de su cuerpo
Y salió para hacer una llamada.

Han muerto pero viven.

Se les conoce como los muertos que vivieron a través de sus muertes,
Y en mi familia
Se les tiene por sabios y honestos.

Flotan fuera de sus cuerpos
Y se prenden del techo como una palomilla,
Siguiendo los afanes de todos los demás en torno suyo.

Las voces e imágenes de los vivos
Se van desdibujando.

Un bramido los traga
Bajo las ruedas de una tiniebla sin dolor.
En la distancia
Hay alguien
Parecido a un guardavía que agita una linterna.

La luz, flor blanca, crece.
Se vuelve muy intensa, como música.

Ven los rostros de gente a la que amaron,
Los que en verdad murieron y hablan dulcemente.

Ven en un sembradío a su padre, sentado.
Terminó la cosecha, y su silla de mimbre fue arreglada.
Lleva una toalla alrededor del cuello
Con olor a loción.
Luego ven a la madre
De pie, a espaldas suyas, con un par de tijeras.
Sopla el viento.
Ella le corta el pelo a él.

Los muertos han contado historias como estas
A los vivos.


Traducción de Hernán Bravo Varela

.::



HUERTO MUERTO

a Raymond Radiguet


Como siete pájaros durmiendo en la meseta
Vigilando el naufragio del amor
Misterio de los ebrios visitantes
Errantes con tu esposa
Hombres que hablan con mal acento,
Los condenados, abandonados, un día de silencio,
Dos días de silencio, sueños destrozados y cubiertos,
Mientras más flores, más sufres.

Traducción de Carlos Almonte

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