BUSCA Y ANHELA EL SOSIEGA...
Mas... ¿quién le sosegará?
Con lo que sueña despierto,
dormido vuelve a soñar:
que hoy como ayer, y mañana
cual hoy, en su eterno afán
de hallar el bien que ambiciona
-cuando sólo encuentra el mal-
siempre a soñar condenado,
nunca puede sosegar.
.::
AUNQUE MI CUERPO SE HIELA,
me imagino que me quemo;
y es que el hielo algunas veces
hace la impresión del fuego.
.::
SED DE AMORES TENÍA, Y DEJASTE
que la apagase en tu boca,
¡piadosa samaritana!
Y te encontraste sin honra,
ignorando que hay labios que secan
y que manchan cuanto tocan.
¡Lo ignorabas!... y ahora lo sabes,
pero yo sé también, pecadora
compasiva -porque a veces
hay compatriotas traidores-,
que si el sediento volviese
a implorar misericordia,
su sed de nuevo apagaras,
samaritana piadosa.
No volverá, te lo juro;
desde que una fuente enlodan
con su pico esas aves de paso,
se van a beber a otra.
-==
En las orillas del Sar. Rosalía de Castro, TAIFA LITERARIA. Barcelona, España, diciembre de 1984. Primera edición.
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