domingo, enero 21, 2024

Tres poemas de "Animal, sombra mía" de Porfirio Ricardo Salazar (Penonomé, Panamá, 1970)

 


Quejas de Dios por la muerte del hombre

Yo, Dios, 
Padre, Hijo y Sangre.

Un buen día,
el Hombre y yo nos inventamos,
luego nos fuimos, nos marchamos,
y el Hombre me mató.

Ahora desde un rincón,
lejos del escombro,
sólo espero que el Hombre
no se mate a sí mismo.

.::
Fábula del hada madrina

Donde el día destruye
las puertas del tiempo,
en la región oscura
del destrozo,
el infortunio da vueltas,
mariposa de sangre,
círculo,
holocausto.

(Muerta de silencio y rabia,
la herida es pesado coágulo).

Se escucha cada tarde
un alarido de vírgenes
en el panteón de Zeus
y su comuna de dioses
qye nunca dejaron de existir.
Esos dioses viven
en nuestro mundo,
en las canteras
de la virtud, el hábito y el vicio.

Esos dioses ya se van
y yo me voy con ellos,
me aproximo y abro puertas 
al Mundo cuando la ninfa dormida
de la Historia abre sus ojos
y apaga su vela de cumpleaños.

.::
Aquí

Aquí, entre lo oculto, amanezco.
Animal, sombra mía.
Signo en la letra de los dioses,
con mi esqueleto de gritos y ansias,
palpitante en las recámaras del sueño,
torrente y pensamiento.

Cómo dura la noche,
cómo dura la muerte,
soy un huésped del amor
y convierto mi rostro en acertijo.

Cuerpo vivo que responde
con latidos de sangre,
abro las cartas
y veo que el amor ya se ha ido.

Antes del destierro,
prefiero no ser eternidad del más acá,
silencio a punto de escapar.

-==
De Animal, sombra mía. Porfirio Ricardo Salazar. Premio Centroamericano de Literatura Rogelio Sinán 2007-2008, otorgado por la UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PANAMÁ.

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