Aquel atardecer del bosque más cercano al pretérito pluscuamperfecto del subjuntivo, para el apuntado y a punto de dejar este lado hermoso de la vida, el hecho de ser conejo no lo ayudaba para nada y menos considerando que aquel cazador lo tuviese peludamente congelado en la mira, ansioso por impedir su próximo saltito sobre el pasto.
Al momento que les cuento, era el conejo un conejo con muy pocas posibilidades, pero sabe lo que tiene que hacer con urgencia: escapar; sin embargo, hay conejos (son pocos y éste es uno de ellos, por eso merece su propia historia), que nunca obedecen a los manuales de supervivencia; es así que nuestro valiente y desafiante animalito se plantó tal cual a la fotografía: mírenlo, ¿no parece una estatua de peluche?

Ante semejante imagen, el cazador estaba sorprendido, diciéndose adentro del marote: "¿y por qué este conejo no corre como todos?¡así no tiene gracia!". Por lo que decidió no hacer lo que la mayoría de los cazadores hacen, disparar y matar; seguiría esperando hasta que el extravagante conejo hiciera su próxima movida, la corrida desesperada del conejo que intenta escapar y pocas veces lo logra porque las balas son muy rápidas.
Tres semanas después, ambos mantenían un caprichoso y mortal empate: el conejo muertito y manteniendo su posición de "¿arriba las manitos?"; el cazador, mucho más muerto y en posición de "mirá como te apunto...", esperando ese movimiento que nunca, pero nunca, el conejo daría... ¡y ni muerto lo dará! ¡bien, conejo, bien fierita!
Chupate la mandarina, cazador.
2010, Emilio Nagy Gyuris
(Olavarría, Prov. de Buenos Aires, Argentina).
Epetacular lo tuyo, osito Gyuris... te aplaudo (y también al marote del cazador cazado jaja).
ResponderEliminarUn abrazo para vos y Songuito.
¿En qué monte te metiste Emilio?
ResponderEliminarJeje... Sí, Juanca, muy bueno este relato.
Abrazo a ambos!
Eso eso... ¿en qué monte de ficción te metiste para encontrar semejante historia, osito Emi? jaja...
ResponderEliminarGracias, Songuito por tu comentar que estimula a este donoso escribidor que no es mula, más bien osito Gyuris :)
Los abrazo.