El poeta nacido en 1977, falleció en el amanecer de este año 2011. Acá en Panamá le conocimos, en América le conocimos. Nicaragua nos permitió este poeta, que como una estrella fugaz iluminó nuestras noches brevemente, como una ola besó nuestras playas para volver al fondo del mar.
Comparto aquí unas piezas significativas, tomadas en la maravilla del Mundo Red 2.0, en el Grupo que empezó Timo Berger de LATINALE en Facebook, gracias a la poeta Amalia Gieschen, en especial.
En honor a ti, Francisco, doquiera que estés.
-===
Este es el último post de su blog, que data de septiembre de 2010. Lastimosamente premonitorio:
La muerte de Francisco
Francisco Ruiz Udiel
Cerca de la funeraria, de negro y con corbatín azul, uno de los mariachis estremece su trompeta de bolsillo; en ésta se refleja el rostro de un hombre que baila en forma de marea, tiene una cerveza en una mano, alza una fotografía en la otra. Lleva la mirada de los resignados.
Me acerco en silencio para preguntar con disimulo de quién se trataba, quién es el otro que ya no está.
Se llamaba Francisco, dice una niña. Veo hacia abajo para saber si aún conservo mi sombra, que no estoy muerto, pero el día está gris y me lo impide.
Recuerdo el método del fotógrafo francés Henri Cartier-Bresson, quien se acercaba invisible hacia su objetivo y luego apretaba el botón de su cámara Leica. Decido practicarlo. Me dirijo hacia otro grupo de personas. De un automóvil sale una mujer y haciendo uso de la empatía comento que no hay detalle más hermoso que te recuerden con alegría. Asiente y empieza a hablar.
Se llamaba Francisco. Nació en Diriamba. Murió de cáncer de esófago. Tenía 64 años. Era furgonero en Estados Unidos. Lo van a cremar aquí. Vamos a dispersar sus cenizas en Los Ángeles y en Texas.
Pienso en cómo la vida de un hombre puede llegar a resumirse en pocas líneas. Minutos después llega un cercano de la familia con una corona de flores, una cinta púrpura muestra el nombre escrito con escarcha.
Me angustia ver. No quiero saber su nombre completo. Tampoco quiero ver la fotografía que alza quien añora la partida con la imagen en mano. Me alejo con el rostro de invierno hacia la tarde, con miedo, con la pequeñez de no saber quién soy.
-====
Poemas de Francisco Ruiz Udiel publicados en la revista Oliverio (Buenos Aires, 2005)
"Nuestra poesía se ha vuelto confesional. Como dice Carlos Rugby: ahora no hay poesía comprometida, hay personas comprometidas. Gioconda Belli dice que somos la generación del desasosiego. A través de la poesía , expreso lo que me gustaría que ocurriese. Busco otro tiempo que aún desconozco, trato de inventarlo. Así, la poesía para mí no es una intención, es una pretensión. Padezco mucho de una soledad perforada por voces y ruidos de huesos masticados por un niño. Un estado a veces inefable que me despierta a diario con las manos amoratadas".
GESTO DESVANECIDO EN ESQUINA DE UNA ESTACIÓN
Esta estación no será más una estación,
quedará únicamente mi gesto desvanecido
en el polvo de alguna ventana,
si acaso hay ventanas,
si acaso decido en las estaciones
desamparar algún gesto.
Esperaré junto a las cabinas telefónicas
a que las horas se desvanezcan azules
en mi cigarrillo encendido
de mirada triste e inclinada,
me verán apretar la mandíbula
para masticar, como las aves
que emigran de una tierra a otra,
cualquier bocado de aire
sin saber qué les espera.
El aire se ha vuelto amargo
y aún no sé en qué otras estaciones
abordará mi soledad otro cuerpo.
.:::
ALGUIEN MUERDE EN MI VOZ
Cuando la vi
abandonada en las cañerías,
mirando de un lado a otro,
con demencia de búhos,
con tetillas escurridas de traiciones
y con piernas enterradas en el fango,
supe entonces que buscaba ensayar su hambre en mi,
alimentarse de cualquier
trozo viviente que no estuviera
infestado de rabia.
Puso en los míos sus ojos,
intentó ladrar,
no pudo
entonces mi boca se quedó asestada,
ahogando el denso aire que respiran los ciegos
en el vacío.
-===
Entrevista de LOS IMPRESENTABLES a Francisco Ruiz Udiel
Hoy quise recordar a Francisco, y encontré este post. Conmocionada. Fue enorme y queda retumbando para siempre en quienes lo conocimos y quisimos.
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario, Amalia. Somos breves y fugaces, pero las estrellas con esa cualidad nos dejan su brillo permanente.
Eliminar