55
El calor, como una ropa invisible, dan ganas de quitárselo.
172
El éxtasis violeta del fin del poniente con los montes.
231
He tenido cierto talento para la amistad, pero nunca he tenido amigos, ya porque me faltasen, ya porque la amistad que yo había concebido fuese un error de mis sueños. He vivido siempre aislado, y cada vez más aislado cuanto más consciente he sido de mí mismo.
278
Un hálito de música o sueño, algo que haga casi sentir, algo que no haga pensar.
279
¡El peso de sentir! ¡El peso de tener que sentir!
321
Si existiese en el arte el oficio de perfeccionador, yo tendría en la vida (de mi arte) una función...
Tomar la obra hecha por otro, y trabajar sólo en perfeccionarla. Así, tal vez, fue hecha la Ilíada...
¡Sólo el no hacer el esfuerzo de la creación primitiva!
¡Cómo envidio a los que escriben novelas, que las empiezan y las hacen, y las terminan! Sé imaginarlos, capítulo a capítulo, a veces con las frases del diálogo y las que están entre el diálogo. pero no sabría decir en el papel esos sueños de escribir [...]
462
[...] Siento una gran indeferencia por su obra. Ya lo he visto... Nunca he podido admirar a un poeta que me ha sido imposible ver.
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Libro del desasosiego, Fernando Pessoa. Literatura contemporánea, Seix Barral, Barcelona, España, 1982.
Traducción al castellano: Ángel Crespo.
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